La era digital ha transformado cada aspecto de nuestras vidas, y el acceso a servicios financieros esenciales no es la excepción. Hoy más que nunca, millones de personas sueñan con gestionar su dinero desde la palma de su mano, superando distancias y barreras físicas.
Este artículo ofrece un recorrido profundo por los avances, los retos y las oportunidades de la inclusión financiera digital, mostrando cómo la tecnología puede ser una fuerza transformadora en la vida de individuos y comunidades.
La inclusión financiera digital implica el acceso y uso responsable y sostenible de productos financieros a través de plataformas digitales. Incluye banca móvil, pagos electrónicos, crédito, ahorro y seguros, diseñados para ser asequibles y útiles.
Su objetivo es eliminar barreras físicas y reducir costes, permitiendo que personas y empresas tradicionalmente excluidas accedan de manera segura a herramientas que potencien su desarrollo económico.
En el mundo existen entre 1.300 y 1.400 millones de adultos sin acceso a servicios financieros formales. Pese a que el 86 % de la población global posee un teléfono móvil, siguen existiendo obstáculos relacionados con la infraestructura, la educación y la confianza.
Además, el 61 % de los adultos en economías de ingreso bajo y medio realizó o recibió pagos digitales en 2024, un crecimiento de 27 puntos en una década.
Estos beneficios impulsan la formalización de pequeñas empresas, fomentan el ahorro y fortalecen la resiliencia económica de familias y negocios.
Aunque la penetración móvil es alta, persisten importantes brechas:
Más de 1.300 millones de adultos tienen móvil e identificación, pero no productos adecuados ni acompañamiento institucional. Resulta crucial ofrecer capacitación financiera digital segura y eficiente para que estos usuarios aprovechen al máximo las oportunidades.
El auge de las fintech ha sido un motor clave en esta revolución. Estas empresas simplifican trámites, ofrecen servicios sin garantías físicas y operan a escala internacional.
La digitalización de servicios tradicionales permite contratar y gestionar productos sin desplazarse, adaptando las ofertas a las necesidades locales.
La inclusión financiera digital contribuye directamente a los ODS, promoviendo el crecimiento inclusivo, la reducción de desigualdades y la sostenibilidad económica.
Permite a comunidades vulnerables acceder a crédito para emprendimientos, fomenta empleo y fortalece la competitividad regional.
Según estudios recientes, el 64 % de los usuarios percibe una mejora en su salud financiera gracias a servicios digitales, mientras que el 50 % se siente más seguro y tranquilo al gestionar su dinero en línea.
Casos concretos en zonas rurales muestran cómo pequeños agricultores financian herramientas productivas y amplían sus mercados a través de apps de pago móvil.
La expansión de la inclusión financiera digital depende de la colaboración entre actores públicos, privados y la sociedad civil. Es fundamental:
Solo así podremos evitar que la brecha digital se traduzca en nueva exclusión financiera, especialmente entre adultos mayores o personas sin conexión.
La transformación digital del sector financiero es una oportunidad única para construir sociedades más justas, con acceso universal a servicios financieros y un futuro económico más próspero para todos.
Referencias